Tema 5: LOS REYES CATÓLICOS: LA CONSTRUCCIÓN DEL ESTADO MODERNO

El reinado de los Reyes Católicos puede considerarse como el punto de partida de la Edad Moderna en España, ya que en algunos aspectos marcó el comienzo de una nueva época: la autoridad monárquica se impuso sobre la poderosa nobleza; se finalizó el proceso de la Reconquista con la incorporación del reino de Granada; se implantó una política de unidad religiosa; se acabó con la tolerancia hacia las prácticas y creencias musulmanas y judías; se descubrió un nuevo continente y se fraguó la unión entre Castilla y Aragón, aunque ésta fue sólo de tipo personal, por el matrimonio de los reyes, sin que se pretendiera dar un paso hacia la integración política de sus reinos en una monarquía unitaria.

 

1. - LA CONFIGURACIÓN DEL TERRITORIO

 

1.1.- LA UNIÓN DINÁSTICA DE CASTILLA Y ARAGÓN

A la muerte de Enrique IV de Castilla en 1474 tiene lugar una guerra civil por la sucesión al trono entre su hija Juana, apodada la Beltraneja, considerada ilegítima, apoyada por parte de la nobleza y Portugal, y su hermana Isabel, apoyada por las ciudades, la nobleza y la Corona de Aragón, dado que en 1469 había contraído matrimonio secreto con Fernando. Enrique llegó a nombrar heredera a Isabel, siempre que no se casara sin su consentimiento (Pacto de los Toros de Guisando, 1468). La guerra terminó en 1479 con la derrota de Juana en la batalla de Toro (1476) y la firma de la paz con Portugal (tratado de Alcaçobas), que suponía el reconocimiento de Isabel como reina (lo era desde 1474). Ese mismo año subía al trono de Aragón Fernando II, que con su mujer Isabel I unía por el matrimonio sus respectivos reinos.

Sin embargo, aunque los Reyes Católicos (cuyo título de Católicos les fue concedido en 1494 por el Papa Alejandro VI) decidieron gobernar conjuntamente en todos sus territorios, la unión de Castilla y Aragón fue meramente dinástica, ya que cada reino conservó sus propias leyes e instituciones. No se plantearon la posibilidad de crear una monarquía centralizada.

Aunque gobernaron en régimen de igualdad en todos sus territorios, las diferencias entre la Corona de Castilla y la de Aragón son destacables. Por un lado, Castilla superaba a Aragón en extensión territorial y población (tenía más de las tres cuartas partes de la población peninsular). También disfrutaba de una mayor riqueza económica basada fundamentalmente en la ganadería ovina trashumante, controlada por la Mesta, lo que generaba un importante comercio de exportación de lana principalmente con Inglaterra. Por otro lado, Castilla era además un estado unido (un gobierno, una moneda, unas Cortes y sin aduanas internas), al contrario que Aragón con cinco reinos que poseían instituciones propias (pactismo).

 

1.2.- LA CONQUISTA DEL REINO DE GRANADA

El reino nazarí de Granada, último reducto musulmán en la Península, se había mantenido como vasallo de Castilla desde 1246. Los Reyes Católicos, para orientar el carácter belicista de la nobleza, deciden poner fin al proceso de Reconquista conquistando Granada.

La guerra civil granadina entre bandos nobiliarios rivales (abencerrajes y zegríes) facilitó los avances cristianos. La conquista fue una guerra de asedios más que de batallas a campo abierto. La última campaña fue el largo asedio a la ciudad de Granada, que duró casi un año, finalizando con las Capitulaciones de Santa Fe entre los Reyes Católicos y el último rey nazarí, Boabdil (por las que permiten a los árabes permanecer en Granada con todas sus propiedades, costumbres, leyes, religión, etc.). El 2 de Enero de 1492 los reyes tomaron posesión de la Alhambra culminando la Reconquista frente a los árabes.

 

1.3.- LA ANEXIÓN DE NAVARRA

La incorporación de Navarra se produjo años después de la muerte de Isabel. El pretexto alegado fue una supuesta conspiración de Navarra y Francia contra Castilla, que sirvió a Fernando el Católico para enviar en 1512, al duque de Alba a ocupar militarmente Pamplona y seguidamente todo el territorio navarro.

En 1515, en las Cortes de Burgos, Fernando anexionó el reino de Navarra a la Corona de Castilla, pero en plano de igualdad, conservando la autonomía de sus fueros e instituciones y su condición de reino propio.

Con Portugal la unión se intentó mediante la política matrimonial, pero no se conseguiría hasta 1580 con Felipe II.

 

2. - EL FORTALECIMIENTO DE LA MONARQUÍA

Los Reyes Católicos se propusieron transformar una monarquía de tipo feudal, con predominio de la nobleza, en una monarquía autoritaria, con predominio de los reyes. Para ello iniciaron una serie de reformas encaminadas a restaurar la paz social y a reforzar la autoridad de la monarquía, dotándola de los necesarios instrumentos de control.

 

2.1.- PROBLEMAS SOCIALES

- Los payeses de remensa eran campesinos adscritos a la tierra de forma hereditaria, que podían romper dicha adscripción mediante el pago de una cantidad de dinero, la remensa. Además de la remensa, los campesinos soportaban los denominados malos usos (seis, contando la remensa). Se trataba de seis obligaciones o condiciones abusivas impuestas para mantener la relación del campesino con la tierra de trabajo. El levantamiento de los payeses contra la nobleza en 1484 determinó el apoyo de la monarquía a los nobles y tras la derrota de los insurrectos, fueron ajusticiados sus principales dirigentes.

La Sentencia Arbitral de Guadalupe de 1486 acaba con el conflicto, ya que a cambio del pago de un censo a sus señores, los payeses consiguieron la abolición de los malos usos y el reconocimiento de su domino sobre la tierra con facultad para traspasarla. El señor seguía teniendo la propiedad de la tierra mientras que el campesinado conservaba el dominio útil a cambio de una renta.

 

- La nobleza vio reducido su poder político, al ser apartada de los cargos superiores de la administración, que fueron ocupados por juristas y letrados universitarios. Como compensación, se consolidó su riqueza económica y su poder social y apenas se menoscabó su poder jurisdiccional. Los que no se sometieron fueron vencidos militarmente y sus castillos destruidos (Galicia y Andalucía).

 

- Las Órdenes Militares creadas en el siglo XII, con el espíritu de cruzada de la Reconquista, se habían convertido en poderosas instituciones con elevadísimas rentas y un inmenso patrimonio territorial. Los Reyes Católicos se propusieron controlarlas, tanto para limitar su poder político como para beneficiarse de sus rentas, que compensarían las pérdidas de la Corona. Para ello presionaron a las Órdenes Militares castellanas para que eligieran al rey como gran maestre de cada una de ellas. De este modo, Fernando fue nombrado gran maestre de la Orden de Calatrava en 1487, de la de Alcántara en 1494 y de la de Santiago en 1499.

 

2.2.- REORGANIZACIÓN INSTITUCIONAL

Los Reyes Católicos desarrollaron una política de fortalecimiento de las instituciones de gobierno, creando una serie de organismos nuevos y reforzando los existentes.

  1. Crearon la Santa Hermandad, cuerpo armado que debía garantizar la seguridad en las ciudades y los campos, y reprimir el bandidaje en los caminos.
  2. En la milicia crearon el núcleo de un ejército profesional, basado en la movilidad de la caballería ligera y la infantería, que alcanzó notables éxitos en la guerra de Italia.
  3. En materia de justicia, consolidaron la Chancillería, con función de tribunal superior con dos sedes: una en Valladolid y otra en Granada y la Audiencia, como tribunales de rango inferior a las Chancillerías, también con dos sedes: una en Santiago y otra en Sevilla.
  4. Crearon la figura del corregidor, especie de alcalde delegado del rey en las ciudades y municipios. El cargo estaba directamente designado por el rey y costeado por el municipio, lo cual otorgaba a la figura del corregidor un carácter impopular.
  5. Modernizaron el Consejo Real, al desbancar de éste a la alta nobleza y el clero, sustituidos por burgueses letrados fieles a la Corona, convirtiéndole en el órgano de gobierno más importante. Se constituyeron consejos especializados en ciertas materias, como el de Aragón, la Inquisición o el de Indias. Los demás asuntos los seguía tratando el Consejo Real, que estaba por encima de todos los demás y que acabó denominándose Consejo de Castilla, como prueba del predominio de esta corona.
  6. En la fiscalidad, los reyes aseguraron la capacidad recaudadora de la Hacienda Real. En las Cortes de Toledo de 1480 sometieron a revisión las mercedes concedidas por los reyes anteriores, lo que permitió recuperar parte del patrimonio real.
  7. En Aragón, se respetaron los privilegios y fueros de los reinos, nombrando virreyes para que les representaran en ellos durante su ausencia.
  8. De esta forma, el poder real crece y se centraliza, y se impondrá a la nobleza que cada vez dependerá más de la monarquía. Se impone, pues, la teoría autoritaria que defendían.

 

2.3.- LA POLÍTICA RELIGIOSA

Los Reyes Católicos representan el final de la tolerancia medieval en materia religiosa, utilizando la religión como un instrumento más de control político y social.

Para ello llevaron a cabo una reforma de la Iglesia, a través de la cual los reyes ejercieron un control muy estricto en el nombramiento de obispos (regalismo, derecho de presentación por el Rey de candidatos a las sedes vacantes). También iniciaron una reforma disciplinaria de las órdenes religiosas, con el apoyo del Cardenal Cisneros, para acabar con la vida disoluta y frívola del clero.

Crearon el Tribunal de la Inquisición en 1478, única institución junto a la Corona con jurisdicción sobre todos los reinos hispanos, para luchar contra los conversos que continuaban con sus prácticas religiosas. Acabó convertida en un instrumento también de control político e ideológico de la población. El primer inquisidor general fue el dominico Fray Tomás de Torquemada.

En 1492 los Reyes Católicos decretaron que los judíos debían convertirse al cristianismo o abandonar la Península en el plazo de cuatro meses. Las causas de esta decisión pueden radicar en el antisemitismo de la población, el afán de apropiarse de sus bienes o impedir que arrastrasen a los conversos al judaísmo. La principal consecuencia fue una pérdida cuantiosa de población que además formaba un grupo que desempeñaba actividades económicas de gran utilidad (médicos, artesanos, prestamistas…).

A partir de 1499, el Cardenal Cisneros emprendió una política de conversiones forzosas para los mudéjares granadinos. El descontento de la población islámica estalló en las rebeliones del Albaicín (barrio de Granada) y de las Alpujarras, que acabaron con una dura represión que obligaba a los mudéjares a abandonar España o a convertirse al cristianismo. Los mudéjares se transformaron así en moriscos (musulmanes cristianizados) que también serían expulsados un siglo después.

 

3. - LA PROYECCIÓN EXTERIOR

  3.1.- LA POLÍTICA MATRIMONIAL

Los Reyes Católicos intentaron reforzar sus relaciones exteriores mediante una estudiada política de enlaces matrimoniales de sus hijos, que perseguía dos objetivos:

  1. Consolidar la amistad con Portugal y poner los medios para una futura incorporación de Portugal a la monarquía hispánica. Para ello casaron a su hija mayor Isabel con el heredero de la corona portuguesa y tras su muerte, con el propio rey Manuel I, quien tras enviudar de Isabel se casó con María, la cuarta hija de los Reyes Católicos. Si el príncipe Miguel, hijo del primer matrimonio de Manuel con Isabel, no hubiese muerto en 1500 siendo niño, habría heredado todos los reinos de la Península.
  2. Estrechar relaciones con los vecinos y rivales de Francia (Inglaterra y el Imperio Romano Germánico) con el fin de aislarla:
  3. Para obtener la amistad de Inglaterra, casan a su hija menor, Catalina, primero con su príncipe heredero Arturo de Inglaterra y, tras su muerte, con el rey Enrique VIII (quien la repudiará más tarde).
  4. Para establecer vínculos con el Imperio, se concertó un doble matrimonio: el del primogénito Juan y su hermana Juana (futura Juana I, la Loca) con los hijos del Emperador Maximiliano de Austria, Margarita de Austria y Felipe el Hermoso, respectivamente.

 

3.2.- LA EXPANSIÓN MEDITERRÁNEA: ITALIA Y NORTE DE AFRICA

El Mediterráneo era un ámbito de interés tradicional para la Corona de Aragón desde la incorporación de Sicilia en 1282. También Castilla tenía intereses en el Norte de África demasiado próximo a las costas andaluzas como para no suponer una amenaza.

 

3.2.1. LAS GUERRAS DE ITALIA

La tradicional rivalidad aragonesa con Francia es heredada por Castilla y se convierte en una constante en la política exterior española hasta finales del siglo XVII. El escenario de los enfrentamientos será Italia, dividida en pequeños estados codiciados por las dos grandes potencias militares del momento: la monarquía francesa y la española.

Con los Reyes Católicos las guerras de Italia se desarrollan en dos fases: Carlos VIII de Francia aspira a dominar Nápoles (conquistado por Alfonso V de Aragón, pero separado a su muerte de la corona aragonesa), para lo que busca la neutralidad de Fernando mediante el tratado de Barcelona (1493), devolviendo el Rosellón y La Cerdaña por parte de Francia a cambio de la no intervención en Italia de Aragón. Después invade Nápoles, pero los Estados italianos se alían con el Papa y Fernando en la Liga Santa. Fernando el Católico, manda tropas dirigidas por Gonzalo Fernández de Córdoba, el Gran Capitán, que frena a los franceses. Por el tratado de Granada (1500) España y Francia se reparten Nápoles.

Pronto surge el conflicto entre los ocupantes, y el Gran Capitán vuelve a Italia. Pese a la superioridad militar francesa, les derrota sucesivamente en las batallas de Ceriñola, Garellano y Gaeta ante el asombro de Europa. Nápoles y Sicilia quedan en manos de Aragón hasta el siglo XVIII.

Luis XII de Francia y Fernando buscarán el equilibrio en Italia: el Norte para Francia, el centro para el Papa y el Sur para Aragón.

 

3.2.2. LA OCUPACIÓN DE LAS PLAZAS DEL NORTE DE ÁFRICA

Desde el siglo XIII Castilla había pretendido conquistar Marruecos y desde la toma de Granada, la expansión hacia el Magreb parecía una solución para contener la piratería y los posibles ataques de los berberiscos a las costas españolas. Sin embargo la ocupación española del Norte de África quedó limitada a un reducido número de plazas fuertes en la costa: Melilla, Orán, Bugía, Trípoli…, cuya eficacia contra la piratería era prácticamente nula.

 

3.3.- LA EXPANSIÓN ATLÁNTICA: CANARIAS Y AMÉRICA

 

3.3.1.- LA CONQUISTA DE CANARIAS

Las primeras iniciativas de conquista de las islas Canarias datan de 1402 cuando el rey de Castilla Enrique III otorgó a Juan de Bethencourt el señorío de las islas para su conquista y evangelización frente a las pretensiones portuguesas, reconociéndose a mediados del siglo XV su soberanía sobre las islas de Lanzarote, Fuerteventura, La Gomera y Hierro. Pero fue tras la guerra de sucesión castellana y el Tratado de Alcaçovas (renuncia de Castilla a la expansión por África occidental a favor de Portugal), cuando los Reyes Católicos tomaron a su cargo la conquista las tres islas restantes: Gran Canaria, La Palma y Tenerife. Para ello utilizaron el sistema de capitulaciones. Por este procedimiento se establecía un contrato con capitanes y eclesiásticos para que llevaran a cabo la conquista y evangelización de los nuevos territorios en nombre de la monarquía, pasando a ser tierras de realengo. Este método sería aplicado después en América. Las islas estaban habitadas por gente que se hallaban en grado de desarrollo neolítico. El grupo más numeroso era el de los guanches en Tenerife. Los pobladores canarios asimilaron la cultura de los conquistadores y se mezclaron sin conflictos. Por su situación geográfica, las Islas se convirtieron en una escala de aprovisionamiento de gran valor en las expediciones del descubrimiento y colonización de América.

 

3.3.2.- LAS GRANDES EXPLORACIONES OCEÁNICAS

Durante la Edad Media, Europa había mantenido un activo comercio con Oriente (China, Indonesia e India), basado en la importación de especias, sedas y piedras preciosas. Las rutas de comercio atravesaban el continente asiático controladas por caravanas de comerciantes musulmanes hasta llegar al Mediterráneo donde eran distribuidas por genoveses y venecianos. Los largos y peligrosos trayectos, así como los numerosos intermediarios encarecían los precios de las mercancías. Además, la caída de Constantinopla en 1453 terminó de cerrar el comercio con las Indias. De ahí que castellanos y portugueses iniciaran la exploración del Atlántico con el fin de descubrir nuevas rutas en las que accedieran de manera directa a los centros de producción orientales. Es posible gracias al desarrollo de la cartografía, de los instrumentos de navegación (astrolabio, brújula) y de los barcos, con la carabela.

Los primeros protagonistas son los portugueses. Su objetivo era circunnavegar la costa atlántica africana para hallar una vía marítima alternativa a la terrestre. Logran establecer la ruta del Atlántico sur entre 1487, cuando Bartolomé Díaz dobla el cabo de Buena Esperanza, y 1498, cuando Vasco da Gama llega al puerto de Calicut (India).

 

3.3.3.- COLÓN Y EL DESCUBRIMIENTO DE AMÉRICA

En 1482, Cristóbal Colón, expone al rey de Portugal su proyecto de llegar a las Indias por el oeste. Según él esta ruta era más corta que la del este. Calculó que la distancia entre Canarias y Cipango (Japón) era de 2.400 millas marinas y que se podía realizar en un mes de navegación, pero la distancia real es de 10.600. Rechazado por los portugueses, que ya estaban a punto de lograr su objetivo por la ruta africana, en 1485 pasa a España y pone todo su empeño en convencer a los Reyes Católicos. Aunque los científicos de la Corte no niegan la posibilidad teórica del proyecto, lo que sí discuten es la distancia y la duración real del viaje. A pesar de ello, una vez concluida la conquista del reino musulmán de Granada, los Reyes firman con Colón las Capitulaciones de Santa Fe, en 1492. Con la participación de los armadores de Cádiz, los hermanos Pinzón, y la financiación de la Corona junto a la de Luis de Santangel y Francisco Pinelo, salen del puerto de Palos (Huelva) dos carabelas, la Pinta y la Niña, y una nao, la Santa María, el 3 de agosto. El 12 de octubre de 1492 pisan las primeras tierras americanas, la isla de Guanahaní (San Salvador) en el archipiélago de las Bahamas. Después, descubrió Colón Cuba y La Española (Haití) y emprendió el regreso a la península Ibérica en 1493.

Ante el éxito de la expedición, Colón realizó tres viajes más a los nuevos territorios entre 1493 y 1504, aunque murió convencido de haber llegado a las Indias. La confirmación de que se trataba de un nuevo continente la proporcionó Américo Vespucci en 1499.

Tras el primer viaje de Colón a América, en 1493 los Reyes Católicos obtuvieron del Papa Alejandro VI una bula Inter caeterao decreto que les concedía los derechos exclusivos sobre las tierras descubiertas y sobre las que pudiera descubrir al oeste de una línea de demarcación imaginaria, trazada de polo a polo a cien leguas al oeste de las islas Azores y de Cabo Verde, correspondiendo las situadas al este a Portugal.

Pero el arbitraje papal no satisfizo a los portugueses y los Reyes Católicos, interesados en mantener buenas relaciones con el reino vecino, propiciaron un nuevo acuerdo en 1494, mediante la firma del Tratado de Tordesillas, que desplazaba la línea divisoria entre ambas zonas de expansión a trescientas setenta leguas al oeste de las islas de Cabo Verde. Esto dejaba a Portugal la ruta que bordeaba África y le permitía la futura ocupación de Brasil.
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