"Una multitud de marineros y gitanos que recorrían tumultosamente la ciudad, armados con fusiles, sables y puñales, con una bandera negra y un tambor batiente, llevando tras de si innumerables agitadores de la población, atacaron de noche la fábrica de Bonaplata; y la incendiario, provocando la execración de los hombres de todos los partidos: este atentado vandálico no fue cometido por los autores de la revolución, sino por un reducido número de hombres rechazados por el pueblo, los cuales eran instigados opr los malvados que, por envidia o por interés particular, miraban con malos ojos, aquel avance de la industria catalana, primer ensayo de las fábricas de vapor.". "

(Visón del incendio de la fábrica Bonaplata por Pí Arimón, en Jaume Carrera Pujal, Historia política de Cataluña en el siglo XIX, 1957) "