TEMA 14: LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA (1.936-39)

CONTEXTO INTERNACIONAL

En la segunda mitad de la década de 1930, en países como Suecia, EEUU, Japón y Alemania ya se observaba una clara recuperación de los efectos de la crisis económica del 29. El caso más espectacular es Alemania, que de los seis millones de parados que tenía en 1932, había logrado el pleno empleo siete años después gracias a las obras públicas, la fabricación de armamento y la militarización (ocho millones de soldados en 1935). La política de expansión territorial del III Reich (anschluss -ocupación de Austria- en 1938, invasión de Chequia en 1939) y la política de alianzas con Italia y Japón (Eje Roma-Berlín y Pacto Antikomintern en 1936) desencadenarán la Segunda Guerra Mundial. La invasión de Polonia en septiembre de 1939 no puede ser asumida ya por Francia y Gran Bretaña, que en los años anteriores habían dejado hacer a Hitler por temor a su potencial militar. Esta excesiva precaución fue la razón que estaba detrás de la creación, en los primeros días de agosto de 1936, del Comité de No Intervención en la guerra civil española, firmado por varios países europeos, entre ellos Alemania e Italia.

I.- La Guerra Civil (1936-1939): Causas. Sublevación militar y dimensión internacional del conflicto.

1. LAS CAUSAS DE LA GUERRA

Los motivos que provocaron la escisión y el enfrentamiento entre los españoles fueron múltiples y complejos.

Algunas son estructurales (como consecuencia de problemas latentes no resueltos antes) y otras coyunturales. Veamos:

- El más importante fue el problema social: las enormes diferencias entre trabajadores y propietarios. Los odios eran profundos y la lucha de clases se había radicalizado, debido a las esperanzas de los trabajadores en las reformas de la II República y a la resistencia de los patronos, sobre todo en el campo. El tema agrario fue clave. La mayoría de los propietarios —y no sólo los más ricos sino también los más humildes— respaldaron al bando antirrepublicano con el propósito de defender sus intereses materiales y su modo de vida. Por el contrario, casi todos los trabajadores asalariados urbanos y los campesinos sin tierras se movilizaron a favor de la República con la esperanza de hacer realidad una revolución igualitarista, que acabara con su miseria y liquidara las diferencias sociales y materiales.

- El problema regional se produce por la oposición de la derecha y del ejército a los nacionalismos periféricos. La concesión del Estatuto a Cataluña (1932), y la tramitación de los estatutos vascos y gallegos en 1936, se interpretó por los sectores citados como la división y la desmembración de España, algo inaceptable desde su punto de vista.

- La cuestión religiosa es otra causa ya que contribuyó a dividir a la población española y al alineamiento en uno u otro bando. Por una lado estaban los defensores de que todo siguiera como antes, manteniendo el poder predominante de la iglesia en la sociedad; y por otro los que se oponían a ello, defendiendo un anticlericalismo radical, la separación Iglesia-Estado, la enseñanza laica, etc., en una sociedad mayoritariamente católica. El enfrentamiento entre ambas posturas, la legislación republicana en este sentido y la falta de diálogo agudizó el problema.

- También influyó la tradicional manía de los españoles en querer resolver los problemas por la fuerza, y no democráticamente: tanto la izquierda, con un movimiento obrero que deseaba alcanzar una revolución social y el poder como fuera; como la derecha, que temía una revolución marxista y estaba acostumbrada a solucionar los conflictos con los militares. Faltó paciencia, diálogo y voluntad.

En definitiva, la Guerra fue el resultado del enfrentamiento entre las dos Españas: por un lado, los viejos grupos oligárquicos, que se oponían al cambio y que contaron con gran parte del ejército, de tradición golpista; por otro, la burguesía media y el movimiento obrero, que pedían la redistribución del poder mediante la aplicación de un sistema democrático con partidos políticos, autonomías, estado laico y constitución.

La crisis de las democracias y el auge de los movimientos totalitarios influyó asimismo en el origen y desarrollo de la Guerra Civil, pues propició el apoyo de los fascistas a la derecha española y de la URSS a los republicanos.

- Conviene recordar que en los años treinta Hitler en Alemania, con el modelo nazi, y Mussolini en Italia, con el modelo fascista, se habían aupado al poder. El avance del fascismo tiene consecuencias inmediatas en la política española, que se va a decantar mayoritariamente por el uso de la fuerza y por el desprecio a la democracia como sistema político, y que se manifiesta en la fundación de Falange Española y otros grupos fascistas (como las JAP: Juventudes de Acción Popular).

- También hay que señalar el cambio de política de la URSS y la Internacional Comunista, que se tradujo en una alianza con la izquierda burguesa para la creación de frentes populares frente al fascismo. Como contrapeso a los anteriores, los partidos del movimiento obrero organizan milicias comunistas y socialistas (como la JSU: Juventudes Socialista Unificadas).

La espiral de violencia fue creciendo y a un asesinato se sucedía otro en represalia, como el del teniente Castillo a manos de falangistas y como respuesta el de J. Calvo Sotelo. El orden público, que desde el inicio dela República fue un problema, fue instrumentalizado por la derecha y representó el motivo final de la sublevación.

2. EL ALZAMIENTO MILITAR: Sublevación militar

El enfrentamiento social y político de los primeros meses de 1936 hacía previsible dos únicas salidas: la revolución popular - alentada por la CNT- o la sublevación militar.

En marzo se entrevistaron en Madrid, entre otros, los generales Franco, Varela y Mola, para conspirar contra la República y nombrar a Sanjurjo responsable de la operación.

El gobierno, que sospecha la trama, dispersa a los generales implicados pero comete la torpeza de mandar a Franco a Canarias, con lo que se sitúa cerca del Ejército de África - o de Marruecos- y a Mola a Pamplona, donde recibe el apoyo del requeté.

Los generales conspiradores —que acordaron entregar el mando de la sublevación al general José Sanjurjo— se proponían aprovechar el factor sorpresa para derribar el régimen republicano democrático mediante un golpe de fuerza, cuyo objetivo era la rápida conquista de las principales ciudades. Después de algunas indecisiones y de varios aplazamientos en la fecha, el levantamiento militar comenzó el 17 de julio.

El plan del general Mola consistía en un pronunciamiento simultáneo en todas las guarniciones militares posibles, siendo consideradas clave las de Madrid y Barcelona, teniendo como reserva especial el ejército de África, el mejor preparado de todos, cuyo mando se reservaba al general Franco. Mola entendía que el jefe supremo de la sublevación sería el general Sanjurjo, respetado por todos los altos mandos, que vivía exiliado en Portugal tras su fallido golpe de estado de 1932.

Ni por un momento se pensaba por parte de los conspiradores en la posibilidad de una guerra civil; se preveía una acción muy violenta y decidida para conseguir el triunfo en el centro de decisiones políticas -Madrid- y el establecimiento de una dictadura militar transitoria, pero no se dejaba explícito el sistema político que remplazaría a la República.

Sin embargo, el golpe de Estado fracasó en Madrid, Barcelona, Bilbao y Valencia porque los sublevados no consiguieron el respaldo de la totalidad de las fuerzas armadas. La profunda división dentro de la oficialidad y los mandos del propio Ejército, sumada a la incapacidad gubernamental para derrotar a los rebeldes durante las primeras horas y a la decisión de las autoridades republicanas de repartir armas entre las organizaciones sindicales convirtieron el golpe militar en una larga y sangrienta Guerra Civil.

Ante la conspiración militar cabe preguntarse cuál fue la reacción del gobierno. Es sencillamente imposible que ignorara lo que se estaba preparando, cuando incluso la prensa hablaba de la conspiración. La realidad es que el gobierno sí tomo algunas medidas para evitar el posible estallido de una sublevación: Los mandos militares superiores se habían confiado a personas de las que no cabía esperar una conspiración en contra de la República; diversos militares sospechosos (como los mismos Franco y Mola) habían sido trasladados a puestos desde los que su actuación sería mucho menos peligrosa, y las fuerzas de orden público en las grandes ciudades fueron puestas al mando de autoridades adictas al régimen. El error del gobierno fue no valorar el alcance que podía llegar a tener la conspiración, creyendo que en el caso de producirse acabaría fracasando (como la de Sanjurjo en 1932) o sería fácil abortarla. Pero se equivocaban. Como en el caso de los conspiradores, tampoco el gobierno se planteó ni remotamente la posibilidad de una guerra civil.

El levantamiento militar ocurrió el 17 de julio en Melilla y al día siguiente se extendió por la península. A bordo del avión inglés Dragon Rapide, el general Franco marchó de Canarias a Tetuán el día 19 para dirigir al Ejército de África. A favor del golpe estaban tradicionalistas, monárquicos y falangistas. En principio se propuso acabar con el gobierno del Frente Popular, respetando la República, pero la guerra civil en que derivó hizo cambiar el objetivo inicial. Según el grado de coordinación militar y política de uno u otro bando y la ideología que fuera mayoritaria en cada región, España quedó dividida en dos zonas que se enfrentaron a lo largo de casi tres años.

En julio de 1.936 la situación era la siguiente:

- Territorios controlados por los republicanos: Franja cantábrica (desde Asturias a Guipúzcoa), Cataluña (derrota del gral. rebelde Goded), Levante, Madrid (derrota del gral. rebelde Fanjul), mitad oriental de Aragón, Castilla-La Mancha y la mayor parte de Andalucía.

Eran las áreas más industrializadas y de mayor población, contaban también con el trigo de La Mancha y el arroz y los cítricos levantinos. Tenían la mayor parte de los aviones y buques de la armada, además del oro del Banco de España.

- Territorios controlados por los rebeldes: Galicia, Submeseta norte, Navarra, mitad occidental de Aragón, archipiélagos (menos la isla de Menorca), Protectorado de Marruecos y parte de Andalucía occidental. Sólo en Pamplona y Burgos triunfó inicialmente el golpe

Eran zonas agrarias (cereales) y ganaderas y con menores núcleos de población. Contaron con mayor número de mandos militares y con el disciplinado Ejército de África: Legión y Regulares (marroquíes en su mayoría).

Ésta sería a la vez una guerra entre valores democráticos y fascistas, dado que Europa vivía una crisis capitalista ante la cual se ofrecieron soluciones distintas: comunismo en la URSS, fascismo en Italia, nazismo en Alemania o democracia en Francia y Gran Bretaña.

En cuanto a los apoyos de los dos bandos, la distribución inicial fue ésta:

El resto de ciudadanos civiles españoles (la llamada masa neutra), aunque había quienes se inclinaban hacia uno u otro bando según sus propios intereses (los más potentados hacia los sublevados, y viceversa), en general, influyó mucho el lugar de residencia (donde le tocó).

3. INTERNACIONALIZACIÓN DEL CONFLICTO.

La intervención de las potencias extranjeras condicionó de forma decisiva la duración, la evolución y el resultado del conflicto español, que se desarrolló en un contexto internacional marcado por la conflictiva convivencia entre los países democráticos, los países fascistas y la URSS comunista en el continente europeo.

La guerra civil española ocurre en un tiempo difícil para la democracia en Europa, que vivía las graves secuelas de la Depresión de 1.929. Abundan los gobiernos autoritarios y las dictaduras italiana y alemana se muestran cada vez más agresivas. Mussolini conquista Abisinia en 1.935 y un año después Hitler ordena la remilitarización de Renania.

En esta situación, Francia y G. Bretaña responden a la guerra española con excesivas precauciones, temen que su intervención en ella provoque una reacción de alemanes e italianos que conduzca a un conflicto mundial. En particular, Francia fue presionada para no intervenir por los sectores financieros franceses, temerosos de que el triunfo de una revolución socialista hiciera peligrar sus intereses económicos en España. Así las cosas, en 1.936 se funda en Londres el Comité de No Intervención, en el que participaron: Gran Bretaña, Francia, URSS, Portugal, Italia y Alemania. Dicho Comité demostró una total inoperancia, pues Alemania e Italia siguieron ayudando a Franco, y la URSS a la República, ante la pasividad de Francia y G. Bretaña, estados que a finales de febrero de 1939 reconocieron al Gobierno de Burgos, decisión que convenció a Azaña para dimitir como presidente de la República.

Ayudas a los nacionalistas.

Alemania intervino por razones ideológicas (contención de la expansión comunista en el Mediterráneo), tácticas (si triunfaban los republicanos, España se alinearía con Francia) y técnico-militares (entrenamiento de la Luftwaffe). Participó la Legión Cóndor con más de 500 aviones y llegaron técnicos y material bélico. Los 300 mill. de dólares de deuda se pagaron con exportación de minerales, productos agrícolas y otras mercancías hasta 1.945.

Italia deseaba alinearse a Alemania frente a Francia. Envió unos 700 aviones y carros de combate, además de unos 120.000 voluntarios bajo el mando de sus propios generales, que combatieron en Baleares, Málaga, Guadalajara, el frente Norte y Cataluña. La deuda de 250 mill. de dólares acabó de pagarse a los italianos más allá de 1.960.

Portugal, que era dirigido autoritariamente por Oliveira Salazar, mandó unos veinte mil soldados de infantería y permitió el paso de armamento y militares sublevados por su territorio. Estados Unidos permitió que la cía. Texaco Oil Company (suministrador de CAMPSA) vendiera a los nacionalistas, desde el puerto de La Coruña, el petróleo que necesitaban los sublevados, y a la Ford, General Motors y otras empresas el comercio de medios de transporte y armas.

Marruecos contribuyó con unos cien mil soldados integrados en los regulares y con e1 50 % de los componentes de la Legión Extranjera. Luego, la Guardia Mora sirvió a Franco como escolta personal hasta 1.956, año de la independencia de Marruecos.

También es preciso señalar que submarinos italianos y alemanes bloquearon los puertos republicanos y hundieron buques de carga que se aproximaban a las costas republicanas. Este celo en la vigilancia de la no intervención, no fue seguido por Gran Bretaña y Francia, cuyos submarinos sólo verificaban el destino de los barcos que se acercaban a la costa nacionalista.

Ayudas a la República.

URSS mandó a la República carros de combate y más de mil aviones, que se pagaron con las reservas de oro del Banco de España, minerales y productos agrarios. Además envió asesores y especialistas de aviación y de tanques, pilotos y conductores.

Al mismo tiempo, los soviéticos se encargaron de movilizar a la opinión pública de Europa y América e impulsaron la creación de las Brigadas Internacionales. Este cuerpo militar estaba formado exclusivamente por voluntarios izquierdistas y comunistas que, con el propósito de detener el avance del fascismo, llegaron a España desde diferentes países para combatir en defensa de la República.

Las Brigadas Internacionales lucharon al lado de la República desde noviembre del 36. Hubo alrededor de 50.000 hombres de procedencia diversa, con mayoría de franceses.

El gobierno republicano pagó —al contado y a precios muy elevados— los suministros enviados por los soviéticos con las importantes reservas de oro y plata depositadas en el Banco de España, que se agotaron muy pronto. La llegada del material militar soviético tuvo consecuencias trascendentales.

En primer lugar, evitó el hundimiento del ejército republicano y contribuyó así a la prolongación de los combates; y en segundo lugar, la ayuda stalinista reforzó la posición de poder e influencia de los comunistas españoles dentro del gobierno republicano.

Por otra parte, un gran número de conocidos y prestigiosos intelectuales, artistas y literatos extranjeros se solidarizaron con la causa republicana.

II.- Desarrollo de la Guerra Civil (1.936-1939).

Se pueden distinguir varias fases en el desarrollo de la guerra

1ª. JULIO DE 1.936 A MARZO DE 1.937.

Podríamos diferenciar dos períodos o subfases: una de movimientos de columnas y otra de estabilización del frente de Madrid.

La fase de movimientos de columnas recibe este nombre, porque grupos de militares y civiles voluntarios o milicias se desplazan en columnas hacia el campo enemigo.

Las columnas republicanas hacen incursiones exitosas desde Madrid hacia Alcalá de Henares y Guadalajara; desde Cataluña fracasan las que marchan a Aragón y Mallorca (ésta última porque los italianos apoyan a los sublevados). En Zaragoza destaca la columna del anarquista Durruti.

Las columnas rebeldes o nacionales pertenecen en gran parte al Ejército de África; estaban formadas por legionarios y regulares ("moros") que llegan a la península en agosto, desde Tetuán a las órdenes del general Franco y del teniente coronel Yagüe gracias a la ayuda de la aviación y la marina de italianos y alemanes, enlazan en Andalucía con las tropas de los generales Queipo de Llano (que había tomado Sevilla) y de Varela, y comunican Cádiz con Granada. Luego los rebeldes ocupan Extremadura (dura represión de Yagüe en Badajoz) y avanzan hacia Madrid.

En el norte, Mola se hace con la mayor parte de Guipúzcoa y cierra a los republicanos la salida hacia Francia por Irún. A1 dirigirse hacia Madrid, no consigue pasar los puertos de Somosierra y Guadarrama.

Después de liberar en septiembre el Alcázar de Toledo, donde había resistido el general Moscardó frente a los republicanos, las columnas nacionales llegan a las afueras de Madrid entre octubre y noviembre, pero son detenidas en la Ciudad Universitaria. Ante el peligro, el gobierno republicano se traslada a Valencia, quedando en Madrid la Junta de Defensa, presidida por el general Miaja y su Estado Mayor dirigido por el tte. coronel Vicente Rojo.

En el ataque a Madrid participaron aviones de la Legión Cóndor alemana, y en su defensa las Brigadas Internacionales (desde noviembre) y la columna Durruti.

Hay un segundo período entre noviembre de 1.936 y marzo del año siguiente durante el que se mantiene el asedio a Madrid. Los nacionales continúan su ataque, primero desde la carretera de La Coruña y luego desde Guadalajara y el valle del Jarama. La batalla del Jarama ocurrió en febrero de 1937; los nacionalistas intentaron, sin éxito, cortar la carretera de Valencia, incomunicando así la zona republicana, y ocupar Madrid. Los republicanos resistieron bien y en Guadalajara, a primeros de marzo derrotaron a las tropas italianas, que ya habían conquistado Málaga. Según parece, esa derrota pudo haber sido prevista y permitida por Franco, que quería impedir así que Mussolini tuviera un excesivo protagonismo en la guerra española.

Ante la resistencia de la capital, bien defendida por militares, milicianos, entre dos mil y tres mil voluntarios de las Brigadas Internacionales y las docenas de tanques y aviones soviéticos, Franco decidió liquidar el frente norte y apropiarse de los recursos energéticos e industriales tan necesarios para continuar con éxito la guerra.

2ª. MARZO A DICIEMBRE DE 1.937.

Se desarrolla en el frente norte y se debe a un cambio de estrategia de Franco tras la prolongada resistencia de Madrid. Los objetivos son: ocupar las ricas zonas económicas de Vizcaya y Asturias y cortar la retaguardia republicana.

A principios de verano cae Vizcaya por una acción combinada entre fuerzas terrestres y aéreas, con la participación de la infantería y aviación italianas, y la alemana Legión Cóndor. Las fuerzas de la Luftwaffe bombardean Guernica con bombas incendiarias de fósforo.

En agosto, también con la colaboración italiana y alemana cae Santander, y en octubre los últimos enclaves de Asturias.

Para intentar contrarrestar el avance rebelde en el norte, los republicanos planearon una ofensiva en Brunete (mes de julio) que rompiera el cerco de Madrid, pero no tuvo éxito, y luego otra cerca de Zaragoza, pero fue rechazada en Belchite (mes de agosto).

3ª. DICIEMBRE DE 1.937 A DICIEMBRE DE 1.938.

Se desarrolla en el frente de Aragón.

Después de conquistar el norte, los nacionalistas marchan hacia el Mediterráneo con el fin de dividir el territorio gobernado por la República.

Teruel es ocupado a finales de diciembre por los republicanos, pero en febrero del 38 es reconquistado por los nacionalistas con ayuda del requeté. El avance hasta el Mediterráneo es una sucesión de victorias que finaliza con la toma de Vinaroz el 15 de abril. Ahora, la zona republicana queda dividida en dos y los nacionalistas marchan hacia Valencia.

Para contrarrestar esta situación y salvar a la región catalana, los republicanos emprendieron una gran ofensiva en el Ebro, que se prolongó entre julio y diciembre. Las batallas tienen lugar en torno a Mequinenza (cuenca baja del Ebro, en la frontera entre Aragón y Cataluña) y se saldan con la derrota de los republicanos, tras lo cual diez mil italianos son repatriados y las Brigadas Internacionales salieron de España, ya que la situación de la República se hacía insostenible.

4ª. ENERO A MARZO DE 1.939.

Desde diciembre de 1.938 los nacionalistas atacan Cataluña, ocupando Tarragona el 15 de enero y Barcelona e1 26.

En marzo se constituye en Madrid, a espaldas del gobierno de Negrín, una Junta de Defensa presidida por el socialista Besteiro y el coronel Casado, que, tras derribar al gobierno de Valencia y sofocar una revuelta comunista, intenta negociar la capitulación. Franco exige la rendición incondicional, que es aceptada, pero al no poder hacerse efectiva inmediatamente en todo el territorio, los nacionalistas lanzan la ofensiva final y Madrid cae el 28 de marzo, Valencia el 30, y al día siguiente: Almería, Murcia, Cartagena y Menorca.

El uno de abril los medios de comunicación españoles difunden el último parte de guerra firmado por Franco.

III.-Evolución política en las dos zonas. Consecuencias de la Guerra Civil (1936-1939).

1. EL ESTADO REPUBLICANO.

Al no poder parar la sublevación militar, Casares Quiroga dimite como jefe de gobierno el 18 de julio sustituyéndole Martínez Barrios, quien se niega a armar a los obreros como piden socialistas y anarquistas, e intenta negociar con el gral. rebelde Mola, pero al fracasar, también dimite. El próximo jefe de gobierno es José Giral (continuó en el cargo hasta septiembre), que ordena entregar armas a las organizaciones del F. Popular y a los sindicatos e incauta las industrias y tierras abandonadas por sus dueños.

Aunque se intentó mantener la calma y encauzar la reforma agraria, se crearon comités y organizaciones populares encargados del orden público pero también de castigar a aquellos que habían respaldado la sublevación. Por su parte, las organizaciones obreras se apropian fincas y otras propiedades, que se colectivizan en las zonas dominadas por los anarquistas.

Comunistas, socialistas moderados y republicanos pretendían una economía de guerra con el fin de lograr la victoria militar como objetivo prioritario.

Anarquistas, trotskistas y socialistas radicales querían seguir adelante con la revolución social (colectivizar tierras y fábricas y formar comunas).

Estas tensiones internas entre las fuerzas que apoyan a la República, debilitaron la reacción del gobierno frente a los rebeldes.

En agosto del 36 la Guardia Civil pasa a ser denominada Guardia Nacional Republicana, y nace el Ejército regular popular, formado por milicias de voluntarios reclutados por partidos políticos y sindicatos, que fue muy eficaz en las labores defensivas.

Cuando el coronel Yagüe avanza hacia Madrid se forma, en septiembre de 1936, un gobierno de concentración con predominio socialista presidido por Largo Caballero, que también es ministro de la Guerra. Tienen representación en él: PSOE, Izquierda Republicana, Esquerra, PNV, PCE y CNT (Federica Montseny, mtra. de Sanidad y Asistencia Social).

Se nacionalizan los ferrocarriles, las cías. eléctricas, CAMPSA y algunos bancos, y en octubre se aprueba el Estatuto Vasco (el mes anterior San Sebastián había caído en poder de Mola), siendo nombrado lehendakari J.Antonio Aguirre.

Largo Caballero pretendía sostener la guerra desde la base de una alianza UGT-CNT, ya que estos sindicatos pueden movilizar fácilmente a los trabajadores, pero el PCE se opone a la colaboración de los anarquistas debido a su tradicional indisciplina. La tensión estalló en mayo del 37, cuando la Generalitat quiso controlar el edificio de la Telefónica, en poder de los anarquistas de CNT-FAI; éstos se niegan a desalojarlo y hay enfrentamientos callejeros en Barcelona de miembros del PSUC contra los de la CNT y POUM, con un balance de más de trescientos muertos. A partir de aquí el PCE exigió la disolución del POUM y la exclusión de los anarquistas del gobierno. Al negarse L. Caballero, tuvo que dimitir, pues el PCE contaba con el respaldo de la URSS, país que enviaba la mayor parte de la ayuda militar a la República.

Juan Negrín, nuevo jefe de gobierno, declara ilegal al POUM (su dirigente Andrés Nin será asesinado después por la policía secreta rusa), aleja del gabinete a los anarquistas (volverán en marzo del 38), suprime la colectivización de la tierra, respeta la propiedad privada y sustituye los tribunales populares por otros profesionales (magistrados); todo ello encaminado a lograr una economía de guerra.

En abril de 1938 el ministro de Defensa, Indalecio Prieto dimite de su cargo al no contar con el respaldo de su partido cuando cuestionó el excesivo poder que los comunistas ejercían sobre los mandos militares por medio de los comisarios de guerra y porque se muestra contrario a la resistencia militar al prever la derrota republicana.

En 1938 los problemas más graves en la zona republicana son: inflación, escasez de alimentos y combustibles, racionamiento y mercado negro.

Cuando la guerra parece perdida, Negrín y los comunistas aún confían en que el comienzo de la guerra mundial, obligaría a Francia y G. Bretaña a intervenir a favor de la República, pero las esperanzas se pierden en septiembre del 38, cuando en la Conferencia de Munich, Alemania, Italia, Francia y G. Bretaña aceptan la incorporación de los Sudetes checos a Alemania.

A1 caer Barcelona, el presidente Azaña sale hacia Francia donde dimite, pero Negrín regresa a Madrid a organizar la resistencia, y en marzo del 39 se produce un golpe de Estado que dio lugar a la formación de una Junta de Defensa presidida por el coronel Casado y apoyada por el socialista Besteiro y el anarquista Cipriano de Mera, que se encargó de gestionar la rendición.

2. EL ESTADO NACIONALISTA.

La capital de los rebeldes o nacionalistas fue Burgos, donde e1 24 de julio se constituyó la Junta de Defensa Nacional como órgano provisional del Estado. La Junta, presidida por el general Cabanellas e integrada por generales, coordina las acciones militares, reprime las actividades políticas y sindicales de izquierda, anula las medidas de la Reforma Agraria, establece la censura de prensa, amplia la jurisdicción militar para casi todos los delitos; instaura pues un férreo régimen militar.

Poco después los generales y los miembros de la Junta deciden unificar el mando para ganar en eficacia y Franco es nombrado por Decreto de 28 - 9 - 1.936 Generalísimo de los Ejércitos de Tierra, Mar y Aire y jefe del Gobierno del Estado, con lo que se convierte en dictador. Con el fin de asesorarse, Franco nombra el uno de octubre una Junta Técnica de Estado con siete Comisiones (sustitutos de los Ministerios) integradas en su mayoría por militares.

En la zona nacional hubo desde el principio una economía de guerra y una rígida centralización del poder. Los principales elementos a su disposición fueron:

- El Servicio de Reforma Económica y Social de la Tierra, encargado de devolver las propiedades expropiadas.

- El Servicio Nacional del Trigo, que se encargó desde agosto del 37 de la comercialización de toda la producción del cereal, evitando el desabastecimiento de las tropas.

- La Falange Española Tradicionalista y de las JONS se constituyó, a iniciativa de Serrano Súñer, cuñado de Franco, como partido único, por medio del Decreto de Unificación de abril del 37. Se acababa así con la dispersión de organizaciones políticas (falangistas, carlistas, cedistas y alfonsinos) y se integraban en un partido que Franco pasó a dirigir.

- La Iglesia, que demostró su apoyo al régimen en carta pastoral del episcopado de julio del 37, que daba a la guerra civil carácter de Cruzada.

- Milicias falangistas y requetés, que prestaron una gran ayuda para consolidar el régimen. - Una organización sindical vertical y corporativa (en la Universidad será el SEU).

- La fortuna que el empresario Juan March había reunido durante la Dictadura de Primo de Rivera gracias al monopolio del tabaco que se le concedió para Marruecos, y negocios petroleros y navieros (Compañía Transmediterránea). March financió el alquiler del Dragón Rapid a Gran Bretaña y pagó suministros militares a los nacionalistas.

En enero del 38 la Junta Técnica de Estado es sustituida por un gobierno compuesto por miembros de la Falange, del carlismo y militares. Lo preside Franco, ahora como jefe de Estado y de Gobierno que concentra en él además los tres poderes y es tratado como Caudillo

La primera decisión legislativa del nuevo gobierno data de marzo del 38, es el Fuero del Trabajo, que reivindica el derecho y el deber de todos los españoles al trabajo. En febrero del 39 aparece la Ley de Responsabilidades Políticas, comenzando así la represión del otro bando.

De entre la legislación surgida durante la guerra, destaca el ya citado Fuero del Trabajo, primera ley, cronológicamente hablando, de las llamadas Fundamentales durante el franquismo. Se dice en él que se establecerá un salario mínimo al trabajador, subsidio familiar, vacaciones pagadas, seguros de vejez, invalidez, maternidad, etc.. También se anuncia la creación de la Organización Sindical, que "se constituye en un orden de sindicatos industriales, agrarios y de servicios [que tendrán] la condición de corporaciones de derecho público [dentro de los cuales] se constituirán las asociaciones respectivas de empresarios, técnicos y trabajadores" (2, 3; XIII).

Otras actuaciones legislativas de este primer gobierno de Burgos son:

. La derogación de la Ley del Divorcio.

. La creación del Servicio Nacional de Reforma Económica y Social de la Tierra.

. La Ley de Prensa, que establece la censura previa y el control gubernativo de los medios.

. Colaboración entre Estado e Iglesia: retribución, devolución de bienes, educación, etc.

. Ley de Responsabilidades Políticas, que perseguía a los enemigos del régimen.

3.- Consecuencias de la Guerra Civil

Toda guerra civil tiene un especial dramatismo, la población no militarizada sufre la agresión física y psicológica del acontecimiento. En nuestra guerra se bombardean ciudades y se hace uso de la propaganda radiofónica (charlas de Queipo de Llano en Sevilla) o literaria (Miguel Hernández, José María Pemán).

En resumen, las pérdidas las podemos resumir así:

a) Pérdidas humanas: Cerca de un millón de muertos por diferentes motivos (campañas militares, represión, cárcel, hambre), millón y medio de heridos, 350.000 exiliados, disminución de la nupcialidad y de la natalidad.

Por otra parte, hay que significar el medio millón de exiliados que tuvieron como destinos principales Francia y México; otros acabaron en campos de concentración nazis o fueron repatriados por los alemanes, como el presidente de la Generalitat Company, que luego sería fusilado por Franco; otros se integraron en la Resistencia francesa o en el Ejército Rojo soviético. Entre los exiliados estaban los principales cuadros políticos (sigue funcionando el gobierno republicano, pero surgen recelos entre socialistas y comunistas), profesionales e intelectuales. Esto último contribuyó al retraso económico y cultural español.

b) Pérdidas materiales: Disminución de recursos económicos y de mano de obra. Fueron destruidos: el 60 % de los edificios de 192 ciudades, el 42 % de las máquinas ferroviarias existentes en 1.936, e130 % de la marina mercante de la misma fecha; disminuyó la producción agrícola el 21'2 % y la industrial e131 %.

La caída de la producción en todos los sectores se prolongó hasta la década de 1.950, y a consecuencia de ello se hundió la renta nacional y la per-cápita.

E1 endeudamiento por la guerra se elevó a 300.000 mill. de pts. y se perdió el oro del Banco de España (571 millones de dólares con los que el gobierno de la República pagó sus deudas de guerra).

c) Secuelas psicológicas: Fueron provocadas por la represión, las depuraciones, marginación y desarraigo.

Otras consecuencias también importantes fueron:

Las consecuencias económicas fueron también importantísimas. Los años cuarenta fueron "los años del hambre". Se habían destruido una gran cantidad de recursos económicos e infraestructuras. La cabaña ganadera se redujo en un 60%, mientras la producción agrícoladescendió en un 25%. La Hacienda Pública estaba arruinada. La inflación multiplicó por diezel índice de precios en la década siguiente a la guerra. Por otra parte, España no pudobeneficiarse de las ayudas americanas para la reconstrucción del Plan Marshall de 1947 por eltipo de régimen dictatorial y el consiguiente aislamiento internacional que provocó la dictadura.

ir arriba